21 de noviembre de 2010

La utopía según Germán Dehesa.




“Por mucho tiempo me cayó bastante mal este asunto de la utopía, pero se me acaba de ocurrir que la utopía sí existe y que nosotros somos el cumplimiento de la utopía de nuestros antepasados. Cuánto mejor y más importante se siente uno si se sabe heredero directo de los sueños, los proyectos, la voluntad de felicidad, las posibilidades e imposibilidades de nuestros antepasados. Nada de aquello se ha perdido, nosotros no provenimos de la nada, o de la casualidad, ni vamos a la nada o a la confusión. Somos la utopía de nuestros abuelos y de sus abuelos. Por mi boca pueden ser enunciadas las palabras dignidad, gozo, amistad, terror, rechazo, como quizá ninguno de mi sangre pudo pronunciar. Esto me da enorme jerarquía. No somos, como tantos poderosos quisieran, una gente cualquiera. Ninguno lo es; ninguno debiera serlo. Somos la posibilidad de cumplimiento de una utopía colectiva. Si mis proyectos de vida, de iluminación y de felicidad fracasan, estoy posponiendo los sueños de los que fueron antes de mí y les estoy negando el sosiego.

Quizá el error de tantos ha sido pretender la salvación unánime de toda una colectividad. Eso no está a nuestro alcance. Creo, necesito creer, que mi salvación (en el enorme sentido cósmico de la palabra) la puedo obtener si me hago digno de tanto sueño y tanto proyecto que pululan por mi sangre. Sólo así, poniéndome a la altura del secreto mandato de mi raza, podré ser una utopía cumplida. Si lo logro, tendré con qué heredarle a los que vienen después de mí, las semillas de un paraíso”.

- Germán Dehesa.

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