6 de diciembre de 2012

Lo que dice alguien que aún está




Hoy me dieron ganas de escribirte, de hacerte saber de mí. Hoy imaginé cómo es que me leerías. Hoy sé que lo harías de otra manera, quizá incluso sonriendo. Las letras se me están acomodando de modo que creo que todo esto que me digo sería cierto: que si yo hubiera de echar a volar una tras de otra a mis palabras, te harían sentir bien y te aceptarías a ti misma que te hicieron sentir bien.

Sé que aunque todo esto fuera cierto igual te guardarías esas ganas de llamarme que te llevas guardando por tanto tiempo y que el orgullo te haría no moverte ni un centímetro. Pero aun así estaríamos más cerca. Si yo te hago sonreír públicamente delante de ti misma, hay un trecho entre nosotros que se acorta, una distancia que te hace saber que alguien te espera.

Hoy me dieron ganas de hacer este silencio por fin hablar, ganas de llamarte y de escribirte y de volverte a abrazar. Me dieron ganas de algo, quizá de conocerte otra vez.

Hoy es otro de esos días en los que estoy seguro que nunca nos vamos a dejar de pensar.

12 de agosto de 2012

Ya no tenemos la casa

                                          The Lower-Ninth Ward, New Orleans, LA.



Aquí hubo una vez una casa de la que no queda hoy sino su desvanecimiento, el lugar donde ya no está. Frente a mí están los escalones que dan fe que en este preciso sitio y no en ningún otro, hubo una vez una casa. Aquí iban mis pies, allá tu cuerpo, en ese rincón el sofá donde nos tirábamos a ver cómo se acababa la luz de las tardes. El mueble con la televisión hubiera tenido que ir ahí y debajo de él, el aparato con discos que prendíamos a la hora de hacer comida.

De estar aún aquí, yo abriría aquella ventana encima de la mesa en que nos sentábamos a comer; la abriría porque siente tú ahora mismo cómo el viento de la tarde comienza a llegar vociferando su calor. De la casa que teníamos ya sólo nos queda el viento.

No tenemos más una casa donde echarnos a dormir, no queda nada ya del lugar en el que mi cuerpo acostumbraba caer rendido sobre el tuyo después de haber terminado uno dentro del otro. De estar aquí, el suelo de esta casa tendría las manchas de todas las veces que nuestro amor ahí fue a parar, saliendo de ti, cuando te demorabas en correr al baño y dejabas que te viera en medio de la recámara, bañada en la luz del jardín. Hoy aquella nuestra casa ya es sólo un jardín, un revoltijo de verde que se quedó sin adornar la casa que hoy nos falta. Al final del jardín está también el árbol que se ha quedado sin casa.

Nuestros libros se quedaron sin techo. Nosotros nos quedamos sin los libros porque no tenemos más dónde acomodar todas sus páginas. Tenemos una cafetera desencajada sin hacer café porque no tenemos ya una casa donde conectarla. Tampoco tenemos regadera de donde salía el agua en la que nos mojábamos haciendo bombas de jabón para frotarnos el pelo. De aquella nuestra casa ya sólo queda, cuando viene la lluvia, el agua.

Dejo aquí mi sombra sobre lo que un día fue la casa, mi sombra como susurrando que aquí mismo un día el amor fue posible y existió.


17 de julio de 2012

Respuesta a e.e. cummings




by ee cummings                                     by roy


may i feel said he                                     what to do with this love? said they
(i'll squeal said she
                                   (i do fancy you said she
just once said he)                                     i can scream your name said he)

it's fun said she                                        scream it said she

(may i touch said he                                (i can´t touch you enough said he

how much said she                                 no one has touched me like this said she)

a lot said he)                                           why not? said he)

why not said she                                    i do like it said she

(let's go said he
                                      (let’s build a house said he
not too far said she
                                not too far said she
what's too far said he
                            you are far said he
where you are said she)                        here i am said she)

may i stay said he
                                 may i stay said he

(which way said she
                             (how much said she
like this said he
                                     like this said he

if you kiss said she                               if you kiss said she 

may i move said he
                              this is love said he
is it love said she)                                i don’t know said she)

if you're willing said he                       are you willing said he
(but you're killing said she                  (but i will kill you said she

but it's life said he
                               this is life said he
but your wife said she                        but your wife said she
now said he)
                                      right now said he)
ow said she                                        but i also have to be with him said she

(tiptop said he
                                    (good bye now said he
don't stop said she                             don’t stop said she

oh no said he)
                                   but you kissed him said he)
go slow said she                               ow said she 

(cccome? said he
                              you’re divine said he
ummm said she)
                               (you are Mine said she)
you're divine! said he
                       Yes said he
(you are Mine said she)

14 de julio de 2012

Se parece tanto a lo que queda del amor


Pareciera que el amor es un compendio de colores que se va haciendo con los días; colores que son la luz sobre algunos objetos que con la repetición de los días van siendo mirados en el momento preciso en que las cosas reposan. Es desde la quietud de los ojos que se forman los colores del amor.

Y será que lo propio del amor es también irse. A veces los colores del amor se van de a poco, después de que la luz del sol les dio por demasiado tiempo y se fueron haciendo viejos como una fotografía llena de tiempo; otras veces es que se volvieron opacos a fuerza de polvo y de permanecer inmóviles. Otras veces, algo viene a estrellar al amor recién formado: una acción, una fuerza, una violencia irreparable que sucede de un momento a otro. Cuando el amor termina repentinamente es cuando duele más porque cuesta ver tanto color de pronto sin abrigo, tanto color desperdiciado y huérfano de sitio. El desamor es eso que llega un mal día y nunca se va del todo. Y es que no hay manera de borrar el desamor lo mismo que el olvido es un cuento del que nos convencemos para intentar seguir viviendo. Entonces, lo que queda del amor es para siempre el instante después de la estampida. El desamor es el amor trunco que se ha quedado para siempre a la deriva, es amor desperdigado, amor a destiempo, amor sin cauce que sólo perdura reconocible por lo inútil de su brillo.









23 de junio de 2012

Vine porque sabía que vendrías




Vine porque sabía que era imposible que te fueras.
Vine porque esto era apenas el comienzo.
De todos sospechaba su desaparición,
De todo lo que no se ve sabía que saldrías.

Estás entre todo lo que no se olvida,
También entre todo lo que nunca vuelve.
Pronunciar desde y para siempre tu nombre en un suspiro.

Te habría dicho que el amor siempre vuelve,
Que no hay modo que nunca se deshaga.

Empezaría por decirte que todo esto fue nuestro.
Me detengo para construirme tus manos con mis ojos.
Me detengo para decir que nada hay entre los días
Que hay un espacio del aire en el que queda todo.